"Algunos municipios vascos y navarros, en la bajamar de la violencia
terrorista, se resistieron especialmente a abandonar las campañas del
entorno de ETA contra los cuerpos de seguridad del Estado.
Durante años,
este tipo de campañas habían llenado páginas cada día en los periódicos
de la causa. Las actividades de acoso y de deslegitimación se
realizaban en cada pueblo y ayudaban a sentir el odio y a justificar,
después, los asesinatos de policías y guardias civiles, entre otros.
Ayudaban a reclutar nuevos asesinos.
Cuando ETA dejó de asesinar, en algunas localidades como Alsasua
continuaron las campañas de adoctrinamiento intensivo para no dejar de
aplicar la violencia moral tanto contra los guardias civiles como contra
sus familias o contra quienes no les estigmatizasen. Lo consideraban un
objetivo plenamente realizable.
La estigmatización insana y tóxica no paró en Alsasua y, por tanto,
se siguió involucrando a todos los niños del pueblo y a los jóvenes, en
aquelarres de odio, cada año, disfrazados de fiestas populares en las
que también bailaban y realizaban pasacalles antes o después de
representar pastorales de odio contra los guardias (y todo lo español). (...)
Lo peor del mal es creer que se está haciendo el bien. Lo peor de las
campañas de mantenimiento del odio por parte de movimientos como Ospa
Mugimendua (ospa es un verbo imperativo, que significa “¡largo
de aquí!”) es el candor beatífico de la gran mayoría de la localidad
ante la inoculación de ese odio específico.
Lo que ocurrió tras la
agresión brutal a los dos guardias y a sus parejas es comparable con el
ecosistema casi perfecto del terror y de los prejuicios excluyentes del
nacionalismo vasco que conocí durante mi infancia y juventud. Las
familias de las parejas de los guardias han sido estigmatizadas, sus
negocios maltrechos y les han negado la condición de víctimas.
Desde 2016, Alsasua no ha dejado de ser un pudridero que ha ido
infectando a las autoridades navarras, en un proceso de burbuja tan
específico que me atrevo a denominarlo como síndrome de Alsasua o
proceso de autosugestión en las mentiras y la legitimación del odio
cuando se practica al por mayor y en plan jatorra.
La proporcionalidad o no de la calificación y petición del fiscal es
una mera excusa. Desde el primer momento se puso en marcha una campaña
de fakes para proceder al borrado social y político de la
responsabilidad de la violencia. No fue una pelea de bar. “Esto os pasa
por venir aquí, iros de aquí, hijos de puta picoletos, os tenemos que
matar por ser guardias civiles, cabrones, txakurras”.
Aquella noche, los whatsapp de los agresores de Alsasua
avisaron de que los guardias estaban en el bar y entonces actuó la
jauría. Y la jauría, incrementada ya en tribu, no repitió lo mismo siete
días más tarde, ante cuatro víctimas del terrorismo que se plantaron
ante ellos, porque estaban las cámaras de televisión. Vale la pena ver
las imágenes porque la concentración de odio se visualiza con claridad.
El pudridero de Alsasua, ignorante de la falta de sensibilidad con
los machacados de esta historia, no ha dejado de crecer hasta alcanzar a
la presidenta de la comunidad navarra, e ir más allá, en función de los
ajustes de cuentas políticos de cada cual, por distintas razones entre
las que ayuda la degradación general de la opinión pública gobernada por
las redes sociales.
El aliento de la violencia moral y de la estigmatización siempre trae
violencia física.
La banalización de la responsabilidad siempre trae a
tiranos y a mentirosos. No sólo pasa en este caso. Lamentablemente hay
mucha porquería en nuestra vida pública, pero no asomarse a la verdad
del ecosistema del odio de Alsasua resulta todo un manifiesto de falta
de sensibilidad y crueldad con décadas de dolor provocado contra
mujeres, niñas y niños acosados por ser familia de guardias civiles.
Falta de sensibilidad con tantos niños asesinados en esas casas cuartel,
con tantos guardias asesinados bajo la misma bandera de odio que los
agredidos de Alsasua."
(Maite Pagazaurtundúa es portavoz de UPyD en el Parlamento Europeo, El País, 19/04/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario