"Perdonen el autobombo pero el pasado 5 de septiembre publiqué un
artículo en el que advertía de que Catalunya se iba a la mierda. Fue
antes de la celebración del referéndum, de la proclamación de la
República de los ocho segundos, de los titubeos de Puigdemont, de la
proclamación definitiva, de la huida. Me trataron de loco o de traidor.
Lamentablemente debí dar en el clavo porque tuvo más de 100.000 visitas.
Alertaba de que el proceso se parecía cada vez más al 6 de octubre del
34 -incluso citaba a Gaziel- y que la cosa podía acabar mal,
rematadamente mal; que el Estado reaccionaría y que Europa no nos haría
ni puñetero caso.
Bueno, pues ya está. Lo hemos conseguido: nos hemos
ido a la mierda.
Catalunya, tras apenas 40 años de autogobierno -poco o mucho el más
largo desde 1714- paso por la vergüenza de ver como disvolvían el
Parlament, destituían al Govern en pleno y convocaban elecciones desde
Madrid.
El independentismo -más bien deberíamos decir el procesismo- se lanzó
por el precipio sin ni siquiera tener un plan B. El único objetivo era
el choque de trenes. Calentar a la gente con la única esperanza
de que hubiera una reacción que desbordara al Estado. Querían hacer una
revolución con tractores, bomberos y estudiantes. Lo de los estudiantes
-mis hijos están en edad escolar o universitaria- no se lo perdono.
Tras proclamar la República ni siquiera se atrevieron a arriar la
bandera española de Palau. El único que al día siguiente fue a su
despacho fue el conseller Rull y el presidente dio esquinazo poco
después. Para ser francos, la aplicación del 155 ha sido una balsa de
aceite. Lazos amarillos y actos simbólicos -cada vez menos
multitudinarios- pero ni una dimisión, ni un plante de los funcionarios.
Todos al trabajo.
En fin, lo peor está por llegar. Catalunya ha malbaratado su imagen,
su prestigio. Ha habido elecciones y todo sigue igual o peor. El bloqueo
institucional es evidente. Los recelos entre JxCat y Esquerra crecen
día a día. E incluso entre el PDECAT y Puigdemont. El bloque unionista
tampoco suma. No es alternativa de gobierno.
Esto no tiene visos de solucionarse. Otras elecciones dudo de que
arreglen nada. Pueden haber trasvases electorales entre un mismo bloque
pero no de uno a otro. Son dos bloques impermeables e irreconciliables. (...)" (Xavier Rius, director de e-notícies, 18/02/18)
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