"(...) Polifemo y la mujer barbuda (Roca Editorial, 2016) es un texto que no
alcanza las 150 páginas, escrito por una profesora políglota de la
Catalunya profunda, de Súria, vecina a Manresa, que por esos azares de
la vida, la familia, el trabajo y la voluntad, se apellida Fernández
Díaz, y que ha sufrido antes de la desoladora enfermedad otra menos
traumática pero no menos engorrosa.
Apellidarse Fernández Díaz –como los
hermanos Dalton de la política barcelonesa– y no pertenecer al cogollo
oligárquico que lo perdona todo salvo la modestia, y cuyas
consecuencias pueden traducirse en despidos, desdenes, ninguneos y esas
minucias sociales humillantes que no recibirán nunca los Vila d’Abadal,
no los chorizos mafiosos como los Pujol o Millet.
Desterrado el
fanatismo euskaldún, por consunción, mucho maqueto reconvertido y
demasiada sangre derramada, queda este nuestro, paleto, casteller y
sardanístico, que ha llevaba a más de uno a retirarle poco menos que la
cláusula de ciudadanía catalana al expresident Montilla.
(Lo he
presenciado en sesión de fuste).
Nuestro problema, dicho sin ningún
respeto, no está en la limpieza de sangre del racismo, sino en la
herencia religiosa y burguesa que define a quien es “de casa” o charnego
asimilado. La familia entre nosotros tiene mucho de siciliana, con
permiso de los jefes fieles al canon de ser la sal de la tierra. (...)" (Gregorio Morán , La Vanguardia, 15/07/17)
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