"(...) Ellos no olvidan. Ni perdonan. Odian. ¿Es exagerado decir que una
parcela de la sociedad vasca ejercita el odio? Está claro que no, pero
sería exagerado, por inexacto, pensar que ese odio les quita el sueño.
No, es un odio, como tantas cosas en esta tierra, llevadero, regulable a
conveniencia. Demos por bueno que el ecosistema natural del
nacionalismo son las aguas de la permanente contradicción. No pasa nada
por odiar España y coger el coche cada fin de semana para ir a la casa
de la Rioja o Cantabria. Es parte de un juego asumido.
Claro que el odio varía en su radicalidad en el espectro de la
sociología nacionalista vasca, pero no se confundan, es odio. No
pregunten por qué, ni desde cuando, que la gente no sabe, o mejor dicho,
que cada uno le dará una “gran” razón. La España imperial, la bandera,
los políticos, la guerra civil, Franco,..o todo a la vez.
Es llamativo que la palabra paz esté en boca de tantos, sobre todo
entre los que apoyaron el asesinato sistemático. Es guay hablar de
reconciliación mientras se sigue odiando. Maravilloso oir hablar de
perdón, con cara de buenos, a gentes que llevan de militantes abertzales
treinta años o reclamar convivencia permitiendo a la vez
manifestaciones de odio racista y sabiniano en la televisión pública.
Libertad de expresión, humor.
Enorgullece odiar lo español, nosotros somos diferentes, es decir,
superiores, sin ninguna duda. Se puede decir en público o no, pero es
así. Uno puede hasta disculparse si le pillan y eso le crea problemas
(laborables, por ejemplo) pero no dejará de pensarlo, créanme.
Hay momentos estelares de expresión de este odio que aún hoy en día,
los tolerantes con lo nacionalista consideran anecdóticos. Actores de
segunda B, personas de tercera, nos han dado la medida del asunto. Se
ríen de sus propias gracias en una televisión que les ha propuesto algo
superdivertido.
Viéndoles queda claro que no interpretan, dicen lo que piensan, es lo
bonito del programa: la transparencia. Puede parecer gracioso, pero no
es broma lo que dicen, lo dicen en serio, se trata de un discurso
larvado en otros ámbitos mucho más serios.
Sería muy clarificador que en el resto de España se viera, como un canal más, la EiTB para cerciorarse de que es un contenedor de mensajes radicales,
casi siempre mucho más sutiles que estas entrevistas polémicas, pero en
un proceso de imparable goteo. Los noticiarios, los programas de
debate, de entretenimiento o culturales discurren embadurnaditos de
ideología sectaria. La crisis y la corrupción son cosas de españoles, así como tener gobierno de derechas.
Uno quita el vídeo en vez de al director de la cadena, el lendakari
compungido dice que fatal, el senador sacando pecho e insinuando que los
españoles que no tienen humor. ¿Contradicción o estrategia?
Pero resulta que en la actualidad hay más preocupación por el asunto presos vascos que
por la reivindicación de la independencia, de mandar a paseo a España.
Creo que ni se tiene envidia del procés catalán.
Está asumido que ya
estamos desconectados hace tiempo. Bien mirado, ¿para que tomarse más
trabajo? A España se va sólo a por dinero y como nos lo dan… Hace ya
tiempo que saber en qué reside la diferencia entre el nivel de la
autonomía que gozamos y ser independientes es cuestión de muy
especialistas en la materia. (...)
Es más que desprecio pero no es incitación al odio, es odio:
sentimiento de profunda antipatía, enemistad o repulsión hacia una
persona, cosa o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o
destruir a su objetivo.
Se puede hacer desaparecer el vídeo pero no ese odio racista,
coloquial, cachondo, aprendido y compartido por no pocos, que combinado
con un par de líneas de relatos historicistas hasta animó a muchos en el
pasado a empuñar armas y matar. Pero no hables de eso que son cosas del
pasado.
Ojo, que estamos otros muchos vascos que también odiamos. Odiamos la intransigencia, el sectarismo, la indiferencia con el terrorismo, la hipocresía." (Iñaki Arteta, Fundación para la libertad)
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